Si yo dejara…

 

A cuenta gotas… Cada minuto cae despacio, lento, se estiran… Y lo más interesante sería verlos reventar. Ya se tiene una rutina y todo gira en torno a la rutina, no movamos nada ni cambiemos nada porque entonces habría que volver a empezar (y ya no se puede, fase pasada – fase aprobada – y avancemos – ¿pero a dónde?).

Levantarse, dar desayunos, limpiar la casa… ¿limpiarla a diario? Ni se ensucia tanto… Un día a la semana. ¿La mascota? Que se entretenga sola, estoy cansada. ¿El bebé? Que se entretenga solo también… Un rato aunque sea. El esposo llega, y la curiosidad con él y miles de preguntas de cómo, qué, quién hace tantas cosas allá afuera (y yo aquí), la t.v. hace mucho se apagó, el radio ofrece mejor compañía, pero él no platica; el bebé llora, la comida, la limpieza, arreglarme, el ejercicio, el radio, la plática que no se dio, llora otra vez, comí, me limpié ¿o era al bebé?, hizo ejercicio – se me olvidó otra vez, ladra porque no puede salir, la mascota sólo mira y a veces ella confunde quién es quién.

Aquellos días soleados cuando todos querían algo de mí y yo podía darles…

Aquellas tardes que perdía el tiempo con tanto gusto…

Aquellas noches desvelándonos de platicar cómo te fue y cómo me fue y con cuántas frustraciones nos habíamos topado hoy… Pero platicábamos.

 

 

Quizá yo viviría algo similar si…

 

 

Le diera demasiada importancia al YO.

Menospreciara mi vida presente y me mantuviera añorando los ayeres y los hubiera.

Menospreciara a mi hija y todo lo que ella es.

Dejara de leer (la luz de la razón se apaga lentamente si no se estimula con la lectura).

Dejara de ver la sonrisa de Elena.

Dejara de servir (escribiendo mis experiencias esperando sean de provecho, de ahorro para evitar errores o malas decisiones o de refrigerio para leer lo que no podían/atrevían a expresar pero anhelaban hacerlo; animando a otras mujeres a leer en el club de lectura; conviviendo, frecuentando y recordando las fechas importantes de mis amigas; donando artículos o tiempo/dinero a alguien en necesidad; cuidando otros bebés para que otros papás puedan tener su turno de descansar y escuchar).

Dejara de ser creativa.

Dejara, dejara, dejara…

 

No. Me niego a dejar el presente. No puedo retenerlo, entretenerlo, alargarlo o extenderlo. Precisamente por eso lo vivo. Y decido disfrutarlo.

 

 

 

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