La religión de mis padres

 

I Reyes 15

13 También privó a su madre Maaca de ser reina madre, porque había hecho un ídolo de Asera. Además deshizo Asa el ídolo de su madre, y lo quemó junto al torrente de Cedrón.

Quería comentar de este capítulo lo que me llamó más la atención primeramente, que Asa enseñó los tesoros del reino al enemigo, al heredero al trono sirio, Ben-adad para conseguir una alianza contra su nación hermana, Israel, pero… Me voy a quedar con el versículo 13. El que pone el dedo en la llaga para algunos.

La opinión de Dios sobre Asa es que fue perfecto. ¿Por carecer de errores? No. Dejó la adoración a los lugares altos, eso era un grave error. Perfecto porque le entregó su corazón por completo a Dios, prefiriendo ser aprobado por Él que por su madre. Ojo, Asa no estaba deshonrándola, sólo le dejó muy claro que no se rendiría ante nadie más, sólo ante Dios, el único y verdadero. Además, le quitó poder e influencia, no la dejó ser reina por su idolatría.

 

Y algunos piensan que es difícil dejar la religión de sus padres…

Seguir las instrucciones

    I Reyes 13 y 14

    ¿Cuántos de nosotros valoramos un manual o instructivo hasta el final? Entonces ahí nos damos cuenta que debimos seguir las instrucciones al pie de la letra “¡qué me costaba!”. Y reaccionamos y con suerte algunas veces vamos a él y empezamos de nuevo. El rey Jeroboam había recibido no sólo instrucciones sino UNA PODEROSA PROMESA de parte de Dios de que, ante la ineficacia o sea pecado de idolatría del rey Salomón, Jeroboam sería rey sobre 10 tribus de Israel, pero también fue muy claro, le entregó un manual que debía rigurosamente seguir:

    “Pero quitaré el reino de la mano de su hijo, y lo daré a ti, las diez tribus…Yo, pues, te tomaré a ti, y tú reinarás en todas las cosas que deseare tu alma, y serás rey sobre Israel.  Y si prestares oído a todas las cosas que te mandare, y anduvieres en mis caminos, e hicieres lo recto delante de mis ojos, guardando mis estatutos y mis mandamientos… yo estaré contigo y te edificaré casa firme…”.

    Bueno, pues el rey Jeroboam se creyó más hábil que eso, creyó que era autosuficiente, cayó ante la seducción del poder y olvidó seguir las instrucciones. Y las consecuencias fueron nada buenas, si algo hace enojar verdaderamente a Dios es la idolatría, porque Él es celoso, único, no hay nadie como Él y que alguien pretenda que sí y que ése alguien sea nada más y nada menos que un rey sobre su pueblo… ¡bueno! Lo hizo rabiar.

    ¿El desenlace de Jeroboam? Me parece oir la voz del Rey de reyes en voz de Ahías, hablando dura y tajantemente:

    “y rompí el reino de la casa de David y te lo entregué a ti; y tú no has sido como él…sino que hiciste lo malo sobre todos los que han sido antes de ti, pues fuiste y te hiciste dioses ajenos e imágenes de fundición para enojarme, y a mí me echaste tras tus espaldas; por tanto… destruiré de Jeroboam todo varón… y barreré la posteridad de Jeroboam como se barre el estiércol, hasta que sea acabada”.

    Si eso no hizo estremecer al rey Jeroboam, entonces no sé qué podría.

    De esta lectura me quedo con:

       

  • Cap. 13, el profeta que siempre sí se regresó y comío donde no debía – si Dios ya me dio una orden directamente a mí, así es y listo, no me “hablará” por medio de otros para decirme lo contrario, más me vale seguir sus instrucciones, las consecuencias podrían ser fatales.

  • De Jeroboam: rechazo su obstinación y autosuficiencia. ¿Cómo pudo olvidar tan rápido que Dios lo puso en el trono? No fueron sus méritos, ni la herencia… ¡Ni siquiera era alguien importante en el reino! Dios lo eligió, vió en él algo especial, le dio una simple instrucción y una promesa poderosa, eterna, pues pasaría a la historia como uno de los reyes de Su amado pueblo… Nada más y nada menos que elegido por el mismo Dios. Pero se le olvidó. Se creyó poderoso, adoró a otros e hizo que otros adoraran a dioses que no eran Dios, olvidó a Dios, olvidó sus instrucciones y…También Dios lo olvidó. Literalmente.

    •  

       

    Dios me habla, ¡En Su Palabra Viva! ¡La Biblia! Lo oiré, lo obedeceré. No voy a dar oídos a otras voces.

    Dios me eligió como su hija, para reinar con Él y sobre el pecado,  reinaré de acuerdo a su manual, seguiré las instrucciones para agradarle, porque lo amo.

    Quizá ahí está la clave del por qué del pecado del rey Jeroboam… Olvidó amar, amar a Dios. Y por eso, sus instrucciones menospreció. Valiosa lección.