Para creer lo imposible primero hay que ver lo invisible

 

Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea.

2o Reyes 6:17a

Eliseo es un hombre fuera de serie. No se inmuta, no se acobarda, no duda. En este pasaje para mí, Eliseo practica la auténtica y genuina guerra espiritual: cree, ve y espera: él sabía que vendría el ejército sirio por él (¡y cómo no, si les estaba frustrando todos los planes de ataque contra Israel!), pero no se espanta, no se puso frenéticamente a orar y ayunar y clamar… Él sabía del lado de Quien estaba, él confiaba simplemente en que Dios haría lo que tenía que hacer, no tuvo miedo pues el miedo paraliza – desenfoca – entorpece. Estaba sereno, tranquilo y en paz.

Eliseo veía la realidad Si Dios es con nosotros, ¿quién contra nosotros?: oró porque su criado pudiera ver el contraataque, millares de ángeles listos para recibir órdenes en favor de Eliseo y él.  Y luego, Eliseo nos adelanta un paso más: en lugar de orar porque esos ángeles aplastaran al ejército sirio oró para que éstos quedaran ¡ciegos! Confusión – extravío – desorden – ¡confusión! – Vaya estrategia. En la guerra hay que aprender a discernir muy precisamente cuál estrategia corresponde a cada batalla, habrá ocasiones en las que no se podrá mostrar misericordia al enemigo, Eliseo estaba perfectamente sincronizado con lo que Dios deseaba que hiciera, orar continuamente constantemente le daba esa precisión. Vuelve a aventajarnos el tremendo varón de Dios al perdonarles la vida… Los llevó ante el rey en Samaria, pidió les dieran de comer y los despidió. ¿No te escandaliza tremenda forma de actuar de Eliseo? ¡Iban por él para matarlo! ¿Qué hubieras hecho tú? ¿Huido, mínimo? Sonrío por que la Palabra de Dios nos enseña cómo debemos ser y lo que podemos esperar del Dios en el que confiamos. Mientras avanzamos en este Camino, cierto es que encontraremos adversarios de todos los tamaños, mientras nos mantengamos orando sin cesar, confiando sin dudar, relación sin olvidar podremos justamente creer lo imposible, porque habremos decidido ver lo invisible. Es cuestión de fe.

 

No hay comentarios: