Las mujeres y sus emociones

 

 

Resumen

“Las emociones son buenas y dadas por Dios. No se le ha dado suficiente énfasis al lado positivo de nuestras emociones”. Bajo esta idea la autora, Miriam Neff desarrolla este práctico y alentador libro acerca de las emociones de las mujeres. Mediante 14 capítulos va desglosando la necesidad que tenemos de sentir y cómo podemos dirigir sabiamente nuestras emociones, no negarlas ni reprimirlas, sino dejándolas fluir como Dios lo desea.

A continuación se presenta una síntesis de cada capítulo así como los pasos a seguir para dirigir nuestras emociones de acuerdo a como Dios lo desea.

1. ¿Quién está en control?

Tenemos que darnos cuenta que nuestras emociones no pueden estar separadas de nuestras acciones. Hay una verdad fundamental que es vital para la expresión saludable de cada emoción: el creer en la benevolencia de Dios. Las emociones nunca fueron diseñadas por Dios para ser la base de las acciones. Las acciones deben ser determinadas por Su absoluta verdad. Nuestros sentimientos añaden riqueza a nuestras acciones.

2. Es bueno sentir

Aunque a veces quisiéramos negarlo, Dios nos creó con emociones, y eso es bueno. La razón de querer evitar sentir es porque a veces no quisiéramos experimentar el dolor, odio, amargura, etc. La mezcla particular de características de la personalidad que Dios nos dio es en las que Él desea deleitarse. Aceptar que nuestras emociones son buenas y dadas por Dios es el comienzo para sentirse bien en cuanto a nuestros sentimientos.

3. Enojo

El enojo no es un pecado. El pecado se efectúa en lo que nosotros permitimos que cause nuestro enojo y en lo que nosotros hacemos con ese enojo.

Factor # 1 El enojo es bueno si está de acuerdo con Dios.

Factor # 2 El enojo puede formar un hábito (hay que contrarrestarlo con el hábito del agradecimiento).

Factor # 3 El enojo llena un vacío (por lo tanto no hay que estar ociosos).

Factor # 4 El enojo es dulce por naturaleza (estar fuera de casa, ver la naturaleza ayuda a poner nuestro enojo en perspectiva).

4. Temor

Paso 1. Reconoce que el espíritu de temor (deilia) no viene de Dios.

Paso 2. Acepta el espíritu de poder de Dios. Dios se deleite en ver nuestra fe unida a Su poder.

Paso 3. Acepta el espíritu de amor de parte de Dios (el perfecto amor echa fuera el temor; si Dios me ama me cuida, ¿qué mal se atrevería a tocarme?

Paso 4. Acepta el espíritu de autodisciplina. ¿Cómo me preparo para descansar confiadamente en el poder de Dios? Como cristianas podemos tomar ciertas precauciones. “Estar alerta” significa que usemos el cerebro que Dios nos ha dado. Dios no desea que seamos necias para probar nuestra fe.

5. Empatía

Paso 1. Determina si estás desarrollando la emoción de la empatía - ¿tengo un círculo de amigas íntimas?

Paso 2. Selecciona unas pocas personas con las cuales tratarás de desarrollar una relación transparente.

Paso 3. Organiza tu tiempo para dejar espacio al desarrollo de estas relaciones.

Paso 4. Estudia la Escritura sobre la amistad.

Paso 5. Aplica estas instrucciones.

Paso 6. Dale tus expectativas sobre la relación a Dios.

6. Envidia

Paso 1. Debemos admitir que sentimos envidia.

Paso 2. Aceptamos nuestras diferencias: “Señor, lo que me falta no es un problema para Ti así que no dejaré que me moleste”.

Paso 3. Nosotras declaramos que la voluntad de Dios sobre nosotras nos traerá cosas buenas.

Paso 4. Alabamos a Dios – porque Él nos dijo que lo hiciéramos y porque nosotras creemos que nuestras diferencias resultarán en bien.

7. Amor

El amor es solamente lo mejor cuando es vivido según los principios de la Persona que es amor y que creó amor en el principio. Dios es amor. El amor no puede existir en el enredo de emociones que rechazan las verdades de Dios. El amor incondicional de Dios está disponible solamente después de haber llenado sus condiciones: aceptar a Su Hijo. El amor de Dios es demandante: requiere que Él vuelva la espalda a su único Hijo. El amor de Jesús es demandante: requiere que eche a un lado Sus sentimientos y Sus deseos. No hay amor sin sacrificio, y el sacrificio mira hacia el futuro a expensas del presente. El amor planea quedarse, se adapta para permanecer. Encuentra virtudes en el ser amado y se las hace saber por amor.

8. Ansiedad

Paso 1. Determina si tu ansiedad surge de una necesidad no suplida o un deseo. Si es una necesidad, confía en que Dios la suplirá.

Paso 2. Dios nunca desea que desobedezcamos Su Palabra para “resolver” un problema.

Paso 3. Lee la Biblia regularmente. Conforme leas a menudo encontrarás versículos que disipen la ansiedad.

Paso 4. Ora y pide paz y dirección para actuar.

Paso 5. La ansiedad es el material del cual el Señor construye la fe. Cuando nos encontramos al borde nos sentimos incómodos, pero en esos bordes de riesgo es también donde a menudo crece la fe.

9. Desánimo

Paso 1. Mantén el hábito de leer la Biblia. La perspectiva no viene mirando las circunstancias o a otras personas, viene al enfocarse en Dios.

Paso 2. Mantén recordatorios que te animen alrededor tuyo.

Paso 3. Anima a otras personas. Ser parte de la solución en vez del problema te anima también. Mantén la risa en tu vida y compártela con cuantos puedas.

Paso 4. Toma unas pocas horas, o un día, y cambia tu rutina. La rutina de buenos hábitos facilita la eficiencia y la vida productiva, pero en ocasiones nos mantiene alejados de adquirir nuevas perspectivas de los problemas.

10. Depresión

La palabra depresión significa un sentimiento que va más allá del desánimo temporal, un sentido de falta de valor y desasosiego que sobrecoge a algunas personas.

Herramienta 1: Una imagen positiva de uno mismo

Mucho del dolor emocional que experimentamos nace de una falta de autoestima. Recuerda que tú fuiste creada y amada como un ser especial en el cual Dios se deleita.

Herramienta 2: Un cuerpo saludable

Es bueno tener presente que Dios valora el cuerpo que nos dio. Cuando estás deprimida, no es sabio planear un entrenamiento riguroso, pero puede ser razonable comenzar a caminar. La depresión puede que tenga buenos resultados – el ejercicio sigue siendo bueno, la terapia no es costosa y el resultado es satisfactorio.

Herramienta 3: Editando los pensamientos automáticos

Durante los tiempos de depresión, los malos patrones de pensamiento son más fuertes y numerosos, y ¿qué hacemos con ellos? Los atrapamos, los identificamos, los editamos, los corregimos y los votamos si no se pueden usar.

Herramienta 4: Un amigo comprensivo

Las amistades pueden intensificar el dolor de la depresión porque a menudo no entienden, sin embargo, puede que descubras una verdadera joya entre tus amistades durante ese tiempo. Se necesita compasión y compasión es sostenerse el uno al otro y llorar sobre las cosas humanas que suceden. Es amar a una persona que se está cayendo y darle espacio para caer.

Herramienta 5: Ayuda profesional cristiana

En ocasiones somos incapaces de desenmarañar los nudos dolorosos por nosotras mismas, entonces debemos pedir ayuda y consejo a quien puede darla. El que no es cristiano está seriamente impedido para ayudarnos a establecer los sentimientos de autoestima. Toda nuestra base para la autoestima se origina en Dios.

Herramienta 6: Agradecimiento

Ya que la depresión a menudo es la consecuencia de eventos traumáticos, puede que deseemos acusar a Dios en vez de darle las gracias por lo sucedido. El agradecimiento se ejercita en los hechos antes que nuestros sentimientos hayan cambiado. Eventualmente te sentirás agradecida. ¿Deseas sentirte agradecida? Entonces piensa de forma agradecida.

11. Aflicción

Paso 1: La aflicción es una reacción normal que sigue a la pérdida de alguna persona o de algo valioso para ti.

Paso 2: Llora cuando tengas deseos, esto es una terapia directa e inmediata para las emociones y el dolor físico que sientes.

Paso 3: Habla sobre tus sentimientos con alguien que pueda escuchar.

Paso 4: Una vez que tengas la energía emocional para invertir, descubre formas de invertir tu vida en nuevas áreas.

Cómo puedes ayudar a otra persona a través de la aflicción:

1. Deja que ella exprese todo el enojo de sus emociones. Al principio esto puede incluir negación. No apoyes esperanzas falsas; sin embargo, no la forces a encarar hechos a los que ella no puede enfrentarse aún.

2. Sé un buen oyente, permite que esos sentimientos sean expresados sean realistas o no. Sólo escucha.

3. Desanima a tu amiga de hacer compromisos mayores o cambios mientras él o ella estén afligidos.

4. Quédate alrededor.

12. Amargura y odio

La receta común de hoy en día para la amargura (aún en los círculos cristianos) es que se reprima. ¡Y es un desastre! Su forma más común es odio. ¿Cómo evito que crezca? Tenemos que destruir las raíces de amargura destruyendo las semillas que la plantaron. Esperar que otras personas hagan lo que solamente Dios puede hacer (considerarnos importantes, aceptar que somos diferentes) es igual que pedir un saco de semillas de amargura. El antídoto es perdonar, y eso es más fácil cuando vemos a la otra persona con comprensión, poniéndonos en sus zapatos.

13. Culpa

A pesar de todo lo que nos disgusta, la culpa es una emoción de valor. Hay dos tipos de culpa: culpa real y culpa falsa. La culpa real es constructiva porque nos hace sentir incómodos sobre cosas que hemos hecho mal o malas actitudes que hemos tenido, esta culpa nos trae una actitud de arrepentimiento. La culpa real se basa en la violación de las instrucciones de Dios y Su Palabra. La culpa falsa es la emoción que sentimos cuando violamos las expectativas de otra persona.

Solucionando la culpa real:

1. Discúlpate si las otras personas están conscientes del problema.

2. Pide perdón a Dios.

3. Restituye el daño cuando sea posible.

4. Sigue entonces y vive con la libertad del perdón.

Solucionando la culpa falsa:

1. La reconocemos por lo que es: falsa culpa y no permitimos que nos gobierne. Leemos la Biblia habitualmente pues ninguna otra actividad nos alumbrará y desenmascarará la falsa culpa.

2. Perdonamos la fuente de la falsa culpa.

3. Identificamos los aguijones que disparan la falsa culpa en nosotras.

4. Decidimos una reacción apropiada que honre a Dios frente a ese aguijón.

5. Seguimos adelante siendo cautelosas: nuestras mentes han comprendido la solución pero nuestras emociones necesitan ser entrenadas de nuevo.

14. Rompiendo hábitos emocionales

Paso 1: identifica un hábito emocional que a ti te gustaría cambiar.

Paso 2: ¿Qué eventos o pensamientos disparan esos hábitos emocionales?

Paso 3: ¿Cómo puedes tú cambiar los eventos que disparan esos sentimientos?

Paso 4: ¿Qué verdad o versículo bíblico puedes memorizar para editar ese sentimiento?

Paso 5: Debes reemplazar un mal hábito con uno nuevo y bueno.

Paso 6: Los nuevos hábitos emocionales nos pueden capacitar para ser amigas más fuertes, esposas más amorosas y mejores madres. Pueden nuestras emociones ser fuentes de vida vibrante que son sal para un mundo bastante desabrido.

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