Elías

 

Luego, en la escena de los reyes de Israel se hace un paréntesis y aparece el profeta Elías. Tremendo como él solo. Justo después de la increíble matanza que hizo de 850 profetas del dios Baal, una nueva preocupación lo aquejó: la reina Jezabel lo quería matar…¡cómo no iba a querer después de que le mató a los profetas de su dios! Elías huyó y pasaron muchas cosas en su escape, la primera es que fue a Beerseba y se sentó debajo de un enebro, ahí deseó morirse… El profeta que anteriormente se mostró tan valiente y osado ahora tenía grandes temores, temía morirse. Estaba triste, desgarrado, inconsolable. Hizo lo que la mayoría de nosotros aún hacemos cuando nos sentimos así de agobiados: aislarnos. Entonces nos damos cuenta que aún y tenga que buscarnos debajo de un arbusto, Dios irá a encontrarnos. Dios envió un ángel a Elías con la encomienda de mitigar su tristeza, lo puso a comer. Le preparó un guisadito con su agua y todo y tan triste seguía Elías que se durmió. ¡Se durmió! Tierno Dios ¿a poco no? Nos acurruca aún y cuando Él no parece estar de acuerdo con los motivos de nuestra tristeza. Y Dios al parecer no estuvo de acuerdo con la melancolía de Elías, pues después de este episodio le dijo que ya tendría un sucesor, Eliseo.

¿Cuánto tiempo efectivo le hubiera quedado a Elías el profeta si esa depresión no le hubiera pasado?  Le tuvo miedo al poderío de la mala reina Jezabel, y nuestros miedos nos atan.

Con todo, siempre me fascinarán las reacciones de Dios ante nuestras vivencias. ¿Su profeta osado y temerario ahora estaba triste y deseaba morirse? ¿Quizá se sentía desgastado de tanto llorar y lamentarse? “Seguro tendrá hambre, le haré algo de comer”. Me encanta Dios. Siempre es muy justo, nos permite pasar por las consecuencias de nuestras decisiones (Elías la tuvo, le nombraron sucesor, jeje), pero también es muy comprensivo y nos trata con mucha dignidad: le envió un ángel a Elías que le cocinara, lo dejó dormir, le volvió a cocinar y le dio una comida que lo fortaleció para caminar 40 días enteros para ir al monte Horeb, a encontrarse justamente con Él y darle las instrucciones que seguían.

¡Qué maravillosa vida del profeta Elías! Y maravillosa justamente porque atrajo tanto a Dios que hasta le cocinó…¡Increíble!

No hay comentarios: