Manejando

Muchas cosas suceden mientras conduzco mi funcional y bello chevy.
Regularmente estoy callada, disfrutando del silencio forzado por carecer de stereo y cualquier otro aparatejo que emita sonidos perturbadores. Entonces conduzco con reflejos muy dispuestos a reaccionar pues la transmisión es estándar.

Y observo.


Los extraordinarios cerros, el pavimento, la gente con expresiones, el cielo, los letreros, los autos... Ah, claro. Y también miro hacia adelante, por que recuerdo de vez en cuando que voy manejando.

La sombra de un camión, piedras en montón, un cerro estrepitoso, el agente de vialidad sonriendo, el boceador arrugado, el pavimento largo... Todo me captura y me resume en un suspiro. Cuando menos lo pienso, estoy estacionando el chevy afuera de la oficina y tengo que preguntarme... ¿en qué momento llegué?

Me gusta observar. Trato de captar en mi memoria lo más posible, saborear lo más permisible, pues en un mismo suspiro la vista se puede escapar, junto con la vida. ¡Y qué desperdicio de pupilas ante tanta belleza a mi alrededor!

Estoy por retirarme. Debo ver qué nuevas hazañas me voy a encontrar. Con suerte y hasta me vuelvo a sorprender.

2 comentarios:

Reyna (Emphasys) dijo...

Tiene sus ventajas no traer música en el auto...

Yo tengo un problema y creo que tengo que observar más ya que me pierdo en un mundo imaginario o paralelo y cuando llego tampoco sé a qué hora llegué pero generalmente no entiendo cómo hice para llegar ahí ni la ruta qué tomé...
SCARYYY....
el chiste es disfrutar el camino

Unknown dijo...

¿Mundo imaginario? ¿Paralelo?

¡¡¡Cuéeeeeeeeeentame de él!!!!